19/2/11

La cámara lúcida - Roland Barthes

La cámara lúcida

La cámara lúcida: Nota sobre la fotografía, del semiólogo francés Roland Barthes (Cherburgo, 1915 – París, 1980), no es un tratado cualquiera sobre fotografía. Es una oda a la eternidad que se consigue a través de la captura fotográfica. No es una historia de la fotografía, ni siquiera un manual técnico sobre los mecanismos fotográficos, La cámara lúcida es un recorrido sobre la fotografía como medio de expresión. Es un ensayo emocional, en el que se vinculan imágenes, sentimientos y recuerdos. De esta forma, Barthes repasa a lo largo del texto las distintas fotos que formaron parte de su álbum personal, de su trayectoria vital, y que le ayudaron a entender el mundo. Pues la fotografía es arte, pero también es vida y es muerte; es presente, pero también es pasado. La fotografía permanece, mientras nosotros envejecemos, y así, la fotografía se convierte, al mismo tiempo, en imagen y en sombra.
La fotografía capta un momento presente, momento que instantáneamente se ha convertido en pasado. El instante se convierte en recuerdo, de la misma manera que la vida se transforma en muerte. Ausencia y presencia son dos conceptos que maneja el autor en su obra. De la misma manera que le dedica su obra a su difunta madre ausente, la está recuperando con sus palabras y a través de la fotografía. Otra vez, ausencia y presencia, vida y muerte, van unidas de la mano.
Roland Barthes, autor de otras obras como El placer del texto, distingue dos temas fotográficos: el studium y el punctum. El studium es aquello que te hace interesarte por una fotografía, por una afinidad cultural o por lo que te evoca una determinada expresión o un gesto concreto. En cuanto al punctum, es aquello que traspasa la fotografía y te llega como “pinchazo”, que despunta y lastima al mismo tiempo. No es un mero detalle formal, pues muchas veces es ilocalizable. Es un elemento que no se encuentra en el Espacio, sino en el Tiempo.
Este ensayo es una reflexión sobre el paso del tiempo, sobre la capacidad que tiene un medio como la fotografía para detenerlo y hacerlo eterno; de hacer algo tan paradójico como que la vida y la muerte no se separen, y permanezcan fundidas en un mismo espacio. Sin duda, La cámara lúcida es un libro muy recomendable y no sólo para los amantes de la fotografía, sino para todas aquellas personas que, a través de la fotografía, quieren ir más allá del Tiempo.